domingo, 18 de octubre de 2009

¿Inspector de sanidad camuflado o reportero de cámara oculta?

Hoy estaba tomando algo en el restaurante de mis padres cuando alrededor de la una (todavía no había ningún cliente) ha entrado un tipo de unos treinta y cinco años y con pinta de dominguero. Iba con pantalón corto, gafas de sol que no se ha quitado, y un bolso mediano de esos que se llevan cruzados en el pecho y que ahora usan también los hombres. Antes de cruzar la puerta se ha entretenido mirando todos los carteles: el horario, el de espacio sin humo, el de las tarjetas que se aceptan etc. Ha preguntado si se podía tomar un bombón en la barra y le han dicho que si. Mientras se lo preparaban, desde mi posición privilegiada en el sofá, he visto cómo hacía un reconocimiento visual del local, fijándose sobre todo en los carteles obligatorios de edad mínima para bebidas alcohólicas, la licencia, la capacidad del local etc. En cuanto le han servido el bombón ha preguntado si vendían tabaco, le han dicho que no, que si quería podía ir al quiosco de al lado y ahí podría comprar. No ha mostrado intención de ir. Luego se ha fijado que en la barra, al lado del lavavajillas, había unos ceniceros y le ha preguntado a la camarera si le podía acercar uno, y la camarera, amablemente le ha explicado que el local es un “espacio sin humo” y que dentro del salón no se podía fumar, si lo deseaba podía salir a la terraza y tomarse el bombón ahí en unas mesas habilitadas para tal efecto. Tampoco ha mostrado ningún interés en salir. Se lo ha tomado, ha pagado y se ha ido, y por cierto, no ha pasado por el quiosco a comprar tabaco.

La conclusión a la que hemos llegado todos es que debía ser un inspector o uno de esos reporteros de cámara oculta, porque la expresión de su cara ante las dos negativas no era la misma que ponen los fumadores que hacen habitualmente esas preguntas. Su cara reflejaba otro tipo de decepción. Además, como han dicho el resto de los camareros, si a un fumador le apetece tomarse un café con un cigarrillo y le propones una buena opción (terraza), únicamente la rechaza los días que está lloviendo.

Mi opinión personal, tanto si era un inspector como si era un reportero, es que lo considero un despilfarro de medios. Con la cantidad de cosas más importantes que hay que investigar, me parece fatal que castiguen tanto al sector hostelero.

Verónica

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola, Verónica!
Sólo aclararte una cosa acerca del párrafo final; en caso de que el tipo fuese un inspector de sanidad, no es para nada un despilfarro... para evitar salmonelosis, clostridiosis, etc...hay que mirar locales, uno por uno. Todas las medidas son pocas...aunque si sólo hizo eso, muy raro que no mirase mas cosas.
Enhorabuena por tu blog.

Verónica dijo...

Justo a nosotros nos hace inspecciones periódicas el veterinario (pues los inspectores de sanidad son veterinarios) y hay que adaptar el local constantemente a las nuevas normativas. Por eso me sorpende encontrarme las cosas que me encuentro por ahí... He recorrido casi todos los bares del pueblo con mi abuelo y he visto de todo. Bueno y malo. Y lo malo, muy malo. ¿No les harán insoeccciones o qué?.

Un ejemplo, los baños públicos han de tener obligatoriamente un chisme que es bacterizida. Sólo lo he visto en nuestro restaurante y en los centros comerciales.

Yo también estoy a favor del control, pero a todos por igual!!! Es por el bien común!!!

ambarrubia dijo...

¿Obligatorio un bactericida en el baño? ¿En qué normativa viene eso? Que yo sepa ni en el Reglamento 852/2004 de higiene de los productos alimenticios ni en el Real Decreto 3484/00 específico para establecimientos de restauración ni en ninguna norma autonómica que conozca indican eso... siempre hablan de adecuadas condiciones de limpieza y desinfección... no es obligatorio, pero muchos comerciales lo dicen para que se coloquen... quedan apañados y vale... es como cuando dicen que están prohibidas las lámparas antiinsectos de parrilla...