jueves, 24 de diciembre de 2009

¡Felices Fiestas!

Como escuché una vez en un monólogo, en Navidad la familia se suele reunir en casa del que más sillas tiene. Así que, si es tu caso, intenta llevarlo lo mejor que puedas!!.

Mis padres tienen muchas sillas. Por lo tanto, este año, en Nochebuena, cenamos en su casa.

Hoy ha llovido toda la mañana. Estaba yo pensando en la cena, cuando, ha dejado de llover un momento. Creo que me dirigía a la barbacoa. Y digo “creo”, porque he resbalado y me he caído de espaldas y con la cabeza por delante, aterrizando en un charco. Cuando he podido levantarme, bastante mareada, dolorida y mojada, he buscado en el congelador algo para el dolor de cabeza.

menestra1

Una bolsa de menestra de verduras congelada. Eso es lo que llevo de sombrero desde las 13:00 (y son las 16:00). Ya no me duele la cabeza, ahora solo siento como si tuviera un pegote, eso si, un pegote doloroso o lo que es lo mismo, el chichón más grande que jamás he tenido.

En resumen, espero que tengáis un mejor comienzo de fiestas que yo!! Y que paséis una FELIZ NAVIDAD y podáis cumplir con todas las tradiciones típicas de estas fechas: cenas familiares, gambas, turrones, mazapanes, cava, Papá Noel, etc.

¡¡Felices fiestas a todos los lectores de este blog!!

Verónica

domingo, 20 de diciembre de 2009

Último resumen semanal…

Me he dado cuenta de que esto de hacer resúmenes semanales es un tostón. No veo muy interesante escribir mi rutina diaria.

Así que, este es el segundo y último resumen:

LUNES, MARTES, MIÉRCOLES, JUEVES, VIERNES, SÁBADO Y DOMINGO:

Frio.

Ha sido lo más destacado de esta semana. Aquí no estamos acostumbrados a no pasar de los 5º en todo el día. Hasta el martes a las 13:00 horas, no había visto nunca “agua nieve”, al menos, ya se lo que es!!.

Por las mañanas parecía que la nevera estuviera estropeada. Sacaba mi zumo con mis manos heladas y daba la impresión de estar calentito.

Además, el mar ha estado bastante revuelto. El lunes casi se me lleva una ola cuando pasaba con el coche, aunque lo peor no son las olas, sino las piedras que las acompañan. Por un momento tuve un “dejabú” (o como se escriba), porque el agua del mar se salió tanto que en algunas zonas volvió a estar todo inundado, pero esta vez de agua salada. Después de atravesar esa zona, el coche estuvo haciendo un ruido raro bastante rato… Al día siguiente, por fin, alguien tuvo una iluminación y cortaron el paso. El problema es que la alternativa no era mucho mejor: caminos de huertos estrechos, con muchas curvas y sin iluminar.

Así que, o bien por el frio o bien porque me aburre hasta a mi, se me han quitado las ganas de seguir haciendo resúmenes semanales. Ya escribiré cuando tenga algo interesante que contar.

Verónica