domingo, 13 de diciembre de 2009

Resumen semanal (del 7 al 13 de Diciembre)

Se me ha ocurrido añadir esta sección en mi blog. Si tengo tiempo y ganas, escribiré un mini resumen semanal (ya veremos si cumplo todas las semanas…)

Lunes

Estoy incluida en ese pequeño porcentaje de gente que no hizo puente. Aunque la verdad, no está mal empezar la semana con un Lunes-Viernes. Se trabaja más a gusto sabiendo que el día siguiente es fiesta.

Martes

Madrugué igualmente. Mis padres se habían ido a Pozocañada, a la fiesta de la matanza, de modo que tenía que ir a abrir el restaurante y esperar a que vinieran. Al final llegaron a tiempo así que madrugué para nada.

Miércoles

Volver a empezar la semana en Miércoles tampoco está nada mal. El Viernes no queda tan lejos. Por la tarde, casi me estampo con un coche que venía directo hacia mi por mi carril. La conductora iba hablando por el móvil y ni siquiera escuchó el pitido. Por suerte, no había coches aparcados a mi derecha y pude apartarme.

Jueves

De camino al trabajo, en una de las 7 rotondas que me encuentro sin salir de Burriana, casi me estampo (otra vez) con uno que tenía puesto el intermitente hacia la derecha y no salió de la rotonda en la salida más cercana. Después, fui detrás de él todo el trayecto y no volvió a poner el intermitente ni una vez.

Viernes

Qué semana más corta. El viernes llegó enseguida. Burriana volvió a ser portada de las noticias de sucesos. Unos encapuchados le pegaron una paliza a un empresario, le robaron el BMW y diez mil euros. No se hablaba de otra cosa en todo el pueblo. Bueno, o si, resulta que a lo largo de esta semana Burriana a vuelto a salir en las televisiones por el tema de las inundaciones de Septiembre (el día de mi cumpleaños). Como ocurre cuando pasan estas cosas, ahora la gente cree que el gordo de Navidad va a caer aquí, y terminará en 9, ya que el día D fue el 29/09/09. Gracias a estos reportajes, ahora, las administraciones de lotería de aquí se parecen más a la de Sort o “Doña Manolita” y se están agotando todos los 9. Qué barbaridad. Lo malo es que yo me compré el décimo unos días antes de esta avalancha y no tiene ningún nueve.

Sábado

Volví a madrugar. Esta vez para la cita de todos los sábados: el almuerzo con mi abuelo. Como también vinieron mis hermanos lo pasamos bastante bien. Por primera vez, decidí acompañarles con el vino. Como no estoy acostumbrada a beber a esas horas no me sentó nada bien. El resto de día lo pasé haciendo recados y trabajo pendiente.

Domingo

Me he levantado a las 9, he salido a la puerta de casa y… ¡¡hace un frío que pela!! Estamos a 7º y llueve. Creo que encenderé la chimenea y me quedaré todo el día leyendo tranquilamente.

martes, 8 de diciembre de 2009

Subconsciente

Nunca le he dado importancia a los sueños, no he tratado de buscar significados, ni tampoco me ha preocupado el por qué soñamos unas cosas u otras, pero hace algunas noches me pasó algo curioso, y creo que, a partir de ahora, me fijaré un poco más en lo que sueño.

Como siempre, estaba soñando cosas absurdas. Tan pronto estaba en un sitio, como de repente estaba en otro: por Burriana, en casa, en el morro, en Villafranca del Cid, Pozocañada, Beas de Segura, Sierra Engarcerán y algún que otro sitio más que ahora no recuerdo. El patrón era el mismo, aparecía de repente y me lo estaba pasando bien, unas veces con los amigos y otras con la familia, en algunos reviviendo momentos ya pasados, en otros me pasaban cosas sin sentido, pero todos tenían el mismo final. Cuando más a gusto estaba, me acordaba, de repente, que no había ido a trabajar y tampoco había avisado de que iba a faltar. La felicidad se transformaba en angustia y trataba de inventarme alguna excusa para justificarme, pero no se me ocurría nada, y en ese punto es cuando el sueño cambiaba y empezaba de nuevo. Hasta que me desperté. No sabía qué hora era, pero tenía la sensación de haber dormido suficiente. Y de repente caí en la cuenta: ¡¡no me había puesto el despertador!! Utilizo el móvil, pero no me hizo falta buscarlo donde lo dejo habitualmente. Sabía que lo tenía en el bolso, me levanté de un brinco y pude comprobarlo. Eran las cinco de la mañana y yo me levanto a las siete. Me quedé un rato reflexionando con todo lo que había estado soñando y llegué a la conclusión de que mi subconsciente llevaba un rato intentando avisarme: “no vas a ir a trabajar, no vas a ir a trabajar, no vas a ir a trabajar”.

Tal y como están las cosas por aquí, el no ir a trabajar y no dar explicación alguna puede suponer motivo de despido, así que, le estoy muy, muy agradecida a mi subconsciente. A partir de ahora prestaré un poco más de atención a lo que sueño. Quién sabe qué más cosas tiene que decirme ese trocito de cabecita que no controlamos.

Verónica