1. Cuando suena el teléfono en casa y contesto diciendo el nombre de la empresa en la que trabajo.
2. Cuando suena el teléfono en el trabajo y contesto diciendo el nombre del restaurante de mis padres.
3. Cuando me encuentro algún conocido/a y no recuerdo el nombre, edad y sexo de su retoño.
4. Cuando se me cae un plato de fideguá y mancho a las quince personas que hay en la mesa.
5. Cuando en un stop en mi primer día de prácticas el profesor dice “salimos” y yo me bajo del coche.
6. Cuando viene un cliente a pagar con tarjeta y en lugar de la tarjeta introduzco su D.N.I. en el TPV.
7. Cuando, por error, salgo de casa con el batín en lugar de con la chaqueta.
8. Cuando tropiezo con una raya del suelo, me caigo y, dolorida, digo que estoy bien y que no me duele nada.
9. Cuando estoy tomando el sol en mi casa y al otro lado de la valla oigo al vecino tirarse pedos.
10. Cuando me doy cuenta que al explicar a un desconocido cómo llegar a algún sitio he dicho derecha cuando quería decir izquierda y viceversa.
11. Cuando me pongo un suéter al revés y no me entero hasta que me lo dice un buen samaritano.
12. Cuando preguntan si alguien ha pisado una caca y descubro horrorizada que he sido yo.
13. Cuando me entran ganas de estornudar mientras voy conduciendo y no me da tiempo a buscar un pañuelo.
14. Cuando me equivoco de ranura para las monedas en las máquinas de la O.R.A. y tras bloquearse aparece el letrero “fuera de servicio”.
15. Cuando digo “yo no he tocado nada” o “estaba así cuando llegué” y es mentira.
16. Cuando me pasan el micrófono justo en el trozo de canción que no me sé.
17. Cuando creo que estoy hablando con una persona y veo que es un desconocido que no tiene ni idea de lo que le estoy contando.
18. Cuando, tras la segunda arcada, tengo que reconocer que no me gusta nada la comida y que he mentido en mi primera opinión.
19. Cuando voy a pagar algo y descubro que no llevo suficiente dinero y tampoco he cogido la tarjeta de crédito.
20. Cuando me equivoco de coche en un parking e insisto una y otra vez con el mando hasta que me doy cuenta.
Ale, ¿quién más se anima?.
10 comentarios:
Dios!!! He llorado de risa con la 5 wuajajaja, que buena... la 12 también me ha pasado puajjj y con la 19 paso un apuro que me dan ganas de dejar las bolsas de la compra y salir corriendo.
Un beso y haber si alguien se anima.
Yo fui testigo de la de la fideuà. Parecías una bombilla, hermanita, cuando entraste a la cocina... ¡una bombilla de color rojo!
Gracias por la felicitación, preciosa. Eres una cachonda con mucha dignidad por delante, que eso no se pierde precisamente por contar las cosillas que nos pasan a todos en el día a día.
Besotes.
Jejejeje, lo de confundir personas por teléfono me pasa a menudo. Me mola este meme, te lo cojo!!
jajaja buenísimo la 5!!! y a mi me pasa muchísimo la 8, es horrible!!!
Respecto a la 3, te recomiendo un "y que tal tu peque? seguro que esta enorme ya"... no importa edad, sexo ni nombre, y con la respuesta te suelen dar pistas :P
Me ha gustado... no se si tendré tiempo para hacerlo pero me lo apunto!
Un besazooooo
jajajjajaja que bueno!! La 5 me mata! De la 9 no tengo palabras!! Bueno todas!! que grande Vero!! jajajja
Besos!!
jajajajajajaj destaco esta que hoy me ah pasado:
"Cuando me doy cuenta que al explicar a un desconocido cómo llegar a algún sitio he dicho derecha cuando quería decir izquierda y viceversa"... no se porque la gente se esmera en preguntarme y lo odio porque la mayoría le doy instrucciones equivocadas y no es de mala persona sino que va en mi naturaleza el sentido de la orientación.
saludos vero :)
¡¡¡Gracias chic@s!!!
La 5 la estuvo contando el profesor como anécdota durante un mínimo de cinco años... ¡qué horror!
Está muy bien, a lo mejor me animo, o no, no sé.
La del coche es genial, la de explicar una dirección me sugiere
- Cuando un extranjero te pregunta una dirección y te das cuentas de que estás explicándoselo a grito pelado (para que entienda mejor el castellano)
El escalón imaginario y el que no veo pero sí existe son constantes en mi vida.
Me hice un esguince con uno de esos escalones imaginarios... Porque la hostia no fue nada imaginaria, fue real como la vida misma.
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