Hoy no puedo evitar echar la vista atrás y acordarme de ti.
Ya ha pasado un año desde ese día en el que me llamó tu mujer y me pidió que avisara al resto de amigos. Lo recuerdo como si fuera ayer.
Te hemos echado de menos.
Cuando tomábamos unas cañas en el parque siempre solías pasar atareado con algún invento sorprendente. No era difícil convencerte para que te quedaras y nos acompañaras a una. O a dos.
¿Cómo se llamaba aquel hongo que nos hicisteis probar una noche?. Yo me quería escaquear pero C. vino a buscarme y me tocó bebérmelo. Recuerdo que, tal y como nos contasteis, tenía muchas propiedades terapéuticas. Al llegar a casa enseguida lo busqué por la web y me sorprendió bastante, pero lo tengo que confesar... ¡no me gustó nada!.
¿Y cuando te apuntaste al tratamiento de picaduras de abeja?. ¡Qué valor!. De verdad, aun hoy sigo admirando la fuerza con la que luchaste hasta el final.
El mar. Cómo te gustaba el mar.
Recuerdo la vez que tu mujer y tu nos llevasteis a una playa idílica y tranquila que habíais encontrado en Benicasim y resultó ser una de las playas del FIB, en pleno FIB. Nos lo pasamos muy bien. Todo lleno de ingleses con litronas de cerveza dentro del agua. Las alcohólicas del día fuimos tu mujer y yo, enseguida nos apuntamos a la cervecita fresquita a orillas del mar. Hasta el recodo más pequeño de arena estaba repleto de guiris, tu y yo podríamos haber pasado por uno de ellos perfectamente ¿a que sí?.
Me he acordado también de la petanca. ¡¡Jugábamos a la petanca!!. Con tus padres, con amigos, daba igual, la cuestión era pasar un buen rato. ¿Otra confesión? todavía no entiendo cómo se jugaba. Yo tiraba las bolas donde me decíais y punto. ¿Para qué utilizabais el metro?. Nunca he sido muy competitiva en los juegos, se nota ¿verdad?.
¿Y el póquer? jajajajaja. Antes de que se pusiera tan de moda, nosotros ya organizábamos timbas en vuestra casa. También se me daba fatal. Perdía los cinco euros de la partida enseguida. No sé mentir ni pillar las mentiras a los demás.
No he vuelto a jugar ni a la petanca ni al póquer.
En fin, son tantos los recuerdos que me vienen a la cabeza, como los dos viajes a Beas de Segura, aquélla excursión a Albarracín, el restaurante brasileño, la playa, las paellas en mi casa, las cenas japonesas en casa de P. y V., los debates sobre cualquier tema, y tantas, tantas cosas.
Siempre que miro hacia el faro de la Escollera de Levante me acuerdo de ti.
¡Hasta siempre!.
9 comentarios:
Supongo que era un amigo. Mucho ánimo. Qué bueno que tengas tan bonitos recuerdos. Así me gustaría que me recordaran. Un abrazo!
Lo siento mucho Verónica... el dolor al perder a una persona querida parece que no se vaya a ir nunca... menos mal que nos quedan los recuerdos de los buenos momentos pasados juntos...
Un beso fuerte!
Coincido con Cris: así me gustaría que me recordaran :)
Muy bonito vero, me he emocionado leyéndolo. Nunca te olvides de esos grandes momentos que pasásteis juntos.
un abrazo
se nota que era alguien a quien querias muchisimo, es lindo recorlos, recordas que cosas hacian, recordan las cosas de las que siempre luego se que quedan grabado en la mente...
saludos vero =)
Un recuerdo muy sentido y conmovedor repleto de afecto. Me ha puesto la piel de gallina y un nudo en la garganta.
El trabajo y algún que otro contratiempo me han tenido un poco al margen estos días. Así que si bien leí tu post anterior hace un par de días no ha sido hasta hoy que podía escribirte. Pero como te felicito ahora por esa excursión tan divertida y accidentada. Como bromeo con tu “suerte” en el contacto con la madre naturaleza. Hasta donde puedo comparto tu sentimiento. Como te digo lo encantadora que se ve a Dama y te animo a disfrutar de su cariño. Como te digo yo ahora la suerte que tienes de estar rodeada de gente tan divertida e interesante. Cuando te encuentro embargada por la melancolía lamentando la falta de un ser tan querido. Solo puedo decir que lo siento muchísimo. Te mando un beso y un fuerte abrazo. Animo.
Es la primera vez que te visito y me ha gustado tu blog.
Ese recuerdo es muy bonito.
Saludos
Que emotivo recuerdo, es una suerte tener amigas como tu. Que hacen que el recuerdo perviva en su memoria y en la de los demás amigos, incluso en los que nunca hemos conocido a ese amigo tuyo.
Es precioso todo lo que has escrito.
Un beso muy fuerte.
Muchísimas gracias a todos, de verdad.
¡¡Besos!!
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