Bueno, ya se me ha pasado el cabreo de esta mañana, pero me temo que voy a estar toda la semana con los nervios a flor de piel.
Este es el post que quería escribir antes de que empezara a sonar el teléfono:
Calçotada
Siendo la provincia de Castellón vecina de la provincia de Tarragona, he escuchado hablar de este plato un montón de veces. Incluso me lo han ofrecido en algún que otro restaurante. Siempre lo he rechazado.
Hace muchos años estuvimos toda la familia de vacaciones en Tarragona. Yo tendría 8 ó 9 años. Recuerdo que en un restaurante mis padres pidieron “calçotada” y les pusieron un “pitet” o babero.
No recuerdo nada más. He estado todos estos años pensando que la “calçotada” era una especie de guiso caldoso o puchero. Lo que no acababa de comprender era cómo diantres se lo comían para necesitar “pitet”, ¿con las manos? ¿sin cuchara?.
Hace unos días mi hermano nos invitó a cenar a su casa. Mientras lo preparaba todo me aposenté en el sofá, al lado de la chimenea.
- Vero, aparta un momento que tengo que preparar las brasas para la cena.
- Uy ¿que cenamos carne “torrá”?
- No, vamos a hacer una “calçotada”.
- ¿Qué?. ¿Pero eso no es un guiso?
- Nooooo. ¿No te acuerdas de aquella vez en Tarragona?.
- Sí, a los papás les pusieron “pitet”, pero era algo caldoso ¿no?.
Pues no.
Resulta que la “calçotada” son una especie de ajos alargados que se hacen a la brasa, se pelan y se comen mojándolos en una salsa, todo sin cubierto alguno. Es difícil de explicar así que os dejo este enlace con imágenes.
¡¡Estaban riquísimos!!
Me quedé como una tonta pensando la de veces que me habré perdido una buena “calçotada” al estar convencida de que era otra cosa.
Os recomiendo que la probéis si tenéis ocasión, además, es muy divertido.
1 comentario:
Pues ya sabes, ve buscando un buen babero para no colocarte medallas, jajajajaja
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