“¡¡¡Nenas, dos por uno en posts. Pasen y vean, estamos de saldo, me los quitan de las manos!!!.”
Últimamente tengo una desmotivación total a la hora de ponerme a escribir. Algo tiene que ver el hecho de que me falten horas a lo largo del día. He estado haciendo cálculos y para poder hacerlo todo, mis días deberían ser de treinta horas. Como no puede ser, me toca sacrificar la lectura, el descanso y mis paseos por la blogosfera. Por eso aprovecho y escribo dos posts en uno.
YA ESTÁN AQUÍ.
Hoy han llegado las máquinas a la puerta de mi casa. No sé si considerarlo, o no, una buena noticia. Hace más o menos un año ya expliqué la injusticia que se está llevando a cabo por aquí.
Esta zona se ha urbanizado en varias fases. Hace diez años, al terminar la primera de ellas, mis padres se hicieron la casa con todos los permisos en regla, aunque el solar grande se quedó fuera de la zona urbanizada (en el catastro constaban como dos parcelas independientes). En un principio iban a salir tres parcelas, dos con entrada independiente y otra pegada a la casa. Finalmente las calles se han mantenido como estaba previsto pero se ha reparcelado según intereses, por lo que nuestra parcela ha cambiado de ubicación y de tamaño.
Y hoy han comenzado a derribar las viviendas que había en la parcela que nos han asignado, según acuerdo, tienen que dejarla limpia y vallada, tal y como está la que nos quitan.
Mis padres pierden muchos metros cuadrados (de 1000 a 400) y pagan una barbaridad de tasas (más de 45.000€). Todo un robo. Han intentado salvar alguno de los árboles, pero aun así se quedan fuera el limonero, la higuera, los manzanos (y otros que no sé que son...).
Todas las tardes paseo por la zona nueva con Dama y el sentimiento es contradictorio. Por un lado me alegro de todo lo que han hecho: calles arregladas, dos plazas, iluminación etc... y por otro me enfurece ver cómo muchos propietarios (jubilados en su mayoría) han tenido que renunciar a su trocito de terreno y a su alquería para las paellas por no poder hacer frente a las tasas de la urbanizadora. Es muy triste.
Ah, y si tenemos en cuenta que la media de pago ha sido de unos 30.000€ por propietario, tendríais que ver la calidad de la obra: aceras de hormigón pintado de rojo, que cuando llegas a casa vas dejando huellas rojas; calles de cemento en las que se hacen charcos enormes; tan sólo un par de calles asfaltadas como toca y más cosas que irán saliendo, seguro. Pero es lo que hay. Mi padre ya se dejó dinero en abogados y no hubo nada que hacer.
LIBROS QUE ENVIÉ
Como ya está confirmada la recepción de los dos libros, puedo desvelar el secreto:
A B.art, ganador de la “6ª Edición Proyecto Lectura encadenada”, le he enviado “Juego de Tronos”, de George R.R. Martin. ¿Por qué?, bueno, es el primer libro de mi saga favorita: “Canción de hielo y fuego”, que por cierto, os recomiendo. ¡Se la ha leído hasta mi madre!. Fue la primera en sorprenderse a si misma al quedar totalmente enganchada. Creo que espera la quinta entrega con más ganas que yo.
Otro dato, ¿os suena “Winter is coming”?, es una de las frases con la que promocionan la serie de tv que se ha estrenado hace poco en Estados Unidos, pronto lo harán aquí.
A Estrella, mención especial, le he enviado “El nombre del viento” de Patrick Rothfuss. ¿Por qué?. Porque ya tenía “Juego de Tronos”, jajajaja. La verdad es que cuando lo leí me gustó bastante, también es el primero de una saga y tiene muy buena pinta. Es otro libro que os recomiendo.
Tomas falsas:
¡Menudo lío me hice con los paquetes!. Quería incluir una tarjeta con una especie de diploma y escribir algo detrás. Como no tengo impresora a color, le pedí a mi hermano que me los imprimiera. Y lo hizo, pero en folio normal, claro, no le indiqué otra cosa. Así que los recorté y los pegué en una cartulina que tenía yo.
Escribí el mensaje para Estrella y cuando iba a ponerlo en el libro, ¡¡¡zas!!!, era la tarjeta de B.art. “¡¡¡Noooooooooooooooooo!!!”, pensé, “no pasa nada, le pediré que me lo vuelva a imprimir”. Acto seguido lo empaqueté todo debidamente y cuando iba a tirar la tarjeta estropeada a la basura, ¡¡¡zas!!!, había puesto en el paquete la tarjeta de B.art con el mensaje para Estrella. ¡¡¡Noooooooooooooooo!!!, A desempaquetarlo todo y volver a empezar.
Finalmente no conseguí otra impresión a color, de modo que a B.art le tuve que enviar la tarjeta en blanco y negro para no demorarlo más. ¡Espero que te haya gustado!.