Yo me compré el piso sobre plano. Eso tiene ventajas y desventajas. Una ventaja: sobre plano hice las reformas que me dio la gana, como quitar esa habitación que no sirve para nada y hacer el comedor y la cocina más grandes. Una desventaja: no lo puede ver hasta el día antes de ir la notaría.
Era consciente de que en el comedor había un pilar. Pero en el plano parecía un mini-pilar y no la madre de todos los pilares o un homenaje a la Virgen del Pilar, que es lo que resultó ser. Tendría que haberles dicho a los de la constructora que soy de ascendencia valenciano-manchega, y no zaragozana.
Un pilar así te fastidia la distribución de todo el comedor, en la pared de enfrente está la toma de tv de modo que el sofá no puede ir apoyado en la pared, tiene que ir en medio del comedor (ventaja he podido poner uno de esos que es echa hacia atrás).
Desde el primer día tuve claro que ese pilar había que integrarlo de alguna manera, así que, en una primera fase del presupuesto me hicieron una estantería de pladur. Pensaba dejarla tal cual, pero por insistencia materna decidí poner cristales en las baldas. Al final no lo hice (menos mal). Por una carambola, el carpintero que me estaba poniendo los cajones en los armarios (y arreglando ciertas chapuzas que había hecho yo solita) me sugirió otra idea y este ha sido el resultado. Estoy súper contenta:
¡Espero llenarlo de libros algún día!, o de otras frikadas como la que ya tengo: sección especial de Canción de Hielo y Fuego. Con figura de Daenerys de la Tormenta, cortesía de mi hermano mayor. Ahora a por una de Jon Nieve y su lobo huargo!!!!
También quiero hacer mención especial a este otro libro “El diablo viste de Prada” que me tocó en un sorteo de un blog y que ya está colocado en su sitio.
Y por último, os dejo un par de fotos de otras columnas, no tan exageradas, que también he aprovechado para hacer estanterías. En estas he puesto cristal en las baldas, bueno, lo cierto es que también ha sido el carpintero, un diez para él.
Voy a tener que leer muuuuucho para llenarlas todas de libros.
Verónica